Recordar nombres

El Poder de Memorizar Nombres

Siempre que voy a un bar y me dicen: “Hola, Joaquín ¿te pongo la tostada de siempre?” Me encanta. ¿A qué a ti también? ¿Sabes por qué?, porque para ti, como para cualquiera de nosotros, el nombre es lo más importante que posees.

Es por eso por lo que vas caminando en Semana Santa por Sevilla o en el mercadillo de las fiestas de tu pueblo o por el centro de tu ciudad, en cualquier lugar donde puede haber muchísimas personas paseando, de pronto escuchas tu nombre y, aunque pueda haber muchísimas personas con tu mismo nombre en ese lugar y en ese momento, siempre miras al lugar donde lo han pronunciado.

Esto lo haces porque cada vez que escuchamos nuestro nombre se produce un fenómeno químico en nuestro cerebro, un gran despliegue de neurotransmisores llamado dopamina, produciéndose una sensación similar a la que tienes cuando has logrado algo muy ansiado y difícil de conseguir.

Por ejemplo, la sensación de conseguir un cliente difícil que te ha costado años, el crucero que siempre soñaste o el incentivo económico que te pusieron a primeros de año y te pareció imposible, pero lo conseguiste.

Esa es la sensación que sientes cuando escuchas tu nombre y por supuesto, tu cliente no va a ser menos. También siente esa dopamina cuando escucha su nombre y aún te digo más, si lo escucha al principio de la conversación, se aumenta la dosis.

Por eso es muy recomendable que lo llames por su nombre cuando lo acabas de conocer, porque se queda cómo hipnotizado por la situación. Es como si le inyectaras pequeñas dosis de dopamina cada vez que lo nombras. Eso sí, sin ser pesado.

No seas como algunas teleoperadoras de las empresas de comunicación que llaman a tu teléfono, han conseguido tu nombre y no paran de decirlo cada cinco segundos. Eso no solo no sienta bien, sino que es contraproducente. Bueno, igual tiene algo que ver también que te llamen a la hora de la siesta, pero eso es otro tema.

El caso es que, si aproximadamente cada minuto de conversación con tu cliente dices su nombre una vez, queda muy bien y a todo el mundo nos encanta.

Para ser un comercial de élite debes pertenecer a ese selecto grupo de vendedores que caemos bien a las personas y por eso vendemos mucho más que los demás, pero para llegar ahí necesitas cumplir un requisito indispensable, ser muy bueno recordando nombres.

En este artículo te quiero revelar los pasos a seguir para usar está técnica con mi truco personal añadido que siempre funciona, allá vamos:

Supongamos que me presentan a alguien llamado Andrés, en una reunión de negocios donde hay varias personas, para recordar su nombre le digo en voz alta: “Hola, Andrés encantado de conocerte”.

Evidentemente, debo asegurarme antes de haber oído bien su nombre, ya que a veces lo dicen tan bajito, como un murmullo, que no me entero y un murmullo es imposible de recordar.

Si no he logrado entender su nombre le digo: “Perdona, no lo oí bien, ¿me repites tu nombre? Ah… Andrés, muchas gracias, encantado de conocerte Andrés”.

No creas que decirle eso sienta mal, al revés, denota interés y a todos nos gusta que se interesen por nosotros.

Si te has dado cuenta, he escuchado Andrés tres veces: la primera vez que me lo dijo, la segunda cuando yo lo digo y la tercera cuando ratifico que se llama Andrés.

A continuación, hago lo siguiente:

En el momento de dar la mano, no se la suelto hasta que recuerdo a una persona de mi entorno que se llame igual (familiar, vecino, compañero de trabajo, amigo o personaje que salga en la televisión), da igual, escojo uno.

Por ejemplo, Andrés es un compañero del gimnasio donde voy. Entonces, en mi imaginación, asocio el Andrés que me presentan con el Andrés compañero de gimnasio y los veo haciendo algo juntos.

Por supuesto, tiene que ser algo inusual para que impacte en mi cerebro, así que lo suelo ver peleándose, empujándose, cogiéndose por las solapas de la camisa y discutiendo.

La clave es verlo de manera nítida, porque cuanto más clara veas la imagen mental, mejor. Es solo en tu mente, nadie sabe lo que piensas.

Pues que como es algo inusual y muy difícil que pase, mi cerebro se impacta y recuerdo siempre el nombre nada más verlo.

Cuando me presentan a la siguiente persona hago lo mismo y así sucesivamente con todas.

A partir de ahí, cuando me dirijo a alguien, ya lo llamo por su nombre y cuando más lo repito más se queda en mi mente, ya no tengo que pensar en la imagen de la pelea.

Aunque al principio puede costar algo de tiempo, en cuanto practiques un poco, esto que puede parecer muy largo de imaginar lo harás en segundos, ya que las imágenes que produce tu cerebro son mucho más rápidas que las palabras.

Mi recomendación es que antes de ponerlo en práctica con tus clientes lo entrenes mucho: con tu familia, con amigos nuevos, en un networking, etc.

Ya verás cómo en poco tiempo serás un maestro recordando nombres y asombrarás a las personas que te conocen.

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¿Te preguntas por qué tu empresa a pesar de tener gran número de entrevistas, estás no consiguen transformarse en nuevos clientes?

Tengo la clave y te la quiero enseñar.
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