Agua: Nadie compra nada con sed, así que ofrécele agua a tu cliente porque si tiene sed se sentirá incómodo y querrá irse. A ti lo que te interesa es que esté cuanto más tiempo en tu tienda, mejor.

Un olor agradable: Compra un ambientador, de esos que se enchufan, con un olor neutro, agradable, no hace falta que tengas un odotipo tuyo particular.

Café: Ofrécele un café a tu cliente. Dos investigadores en Estados Unidos, Lawrence E. Williams y John A. Bargh, invitaron a un grupo de personas a que sostuvieran en su mano, unas veces una taza de café caliente y otras, un helado.

Mientras lo hacían, les presentaron a una persona desconocida y se les dijo que juzgaran si era cálida y generosa o fría y distante.

El calor físico del café provocó que los juicios hacia los desconocidos fueran más positivos, mientras que cuando sostenían el helado, el juicio era negativo.

Esto se debe a que cuando nuestro cerebro se encuentra relajado y se siente confortable, en este caso gracias a una bebida caliente, nuestro juicio crítico se reduce y en consecuencia, acepta más los argumentos ajenos.

Una música de fondo, de acuerdo con tu negocio: Si dudas, que sea música clásica porque la música clásica aumenta las ventas en un 20%.

Chocolate: El chocolate activa la serotonina y va a estar encantado a tu lado.

“¿Y si no quiere cuando le ofrezco el chocolate?” me dicen algunos. Simplemente le dices si quiere una chocolatina, y si te dice que no, no insistas, pero ¿y si lo coge? Ten por seguro que aumentará tus posibilidades de venta.

Todos estos pequeños detalles hacen que la experiencia de tu cliente sea positiva y al final, decantarán la balanza a tu favor para lograr cerrar la venta.